LA RESTAURACIÓN DE “JOSELITO DE TEJIDOS LOS CAMINOS” REVIVE LA HISTORIA DE UTRERA GRACIAS A RAFAEL RODRÍGUEZ GIRONA Utrera | Actualidad Muchos de los vecinos de Utrera han rescatado de sus memorias un recuerdo que ya creían perdido, gracias al último trabajo de restauración que ha realizado el utrerano Rafael Rodríguez Girona. Se trata del famoso “Joselito” que daba la bienvenida a todo el que entrara en la antigua tienda “Tejidos Los Caminos” de la calle Sevilla.
Excelente trabajo que sale del corazón y así lo ha expresado Rafael a través de su cuenta de Facebook
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“En el mes de mayo esta personita se instaló en casa para una urgente reparación y una larga estancia de casi tres meses. Juntos hemos vivido una gran aventura, una gran historia y un gran misterio.
De Joselito, poco sabemos aunque en Utrera todos lo conocemos, un siglo lleva en su familia y parte de su historia sigue siendo una incógnita.
Silvestre, el fundador de “Tejidos Los Caminos” lo trajo a su tienda posiblemente de uno de sus viajes a Barcelona allá por los años 20, antes de que su hijo Silvestre, el actual propietario, naciese. Joselito ha visto nacer, crecer y envejecer a Silvestre, que ahora cuenta 86 años y al que la pronta muerte de su padre lo dejó sin conocer el origen de Joselito.
En su casa fue y es la imagen del negocio familiar y siempre lo conocieron con cara de pillo y apariencia de señorito andaluz, teniendo constancia, a lo sumo, de un par de restauraciones
Silvestre junto a Joselito , pero tras su estancia en mi estudio, hemos descubierto muchas cosas, entre ellas, que no siempre fue como lo conocíamos y que su verdadero rostro era el de un simpático y sonriente negrito de labios bermejos, que estaba escondido bajo masilla y once repintes de distintas épocas. Indagando en la historia he encontrado ilustraciones muy afines con la posible primitiva imagen de Joselito, que probablemente fuese concebido como un trompetista cubano, pero su fecha de creación, autor y origen siguen siendo un misterio.
Ha sido un trabajo largo y laborioso, muchas dudas y muchas horas, pero aun me emociona el olor a esencia de trementina que estaba oculto bajo una gruesa capa de imprimación y papel que guardaban la verdadera sonrisa y expresión de José, pintadas al óleo sobre una tela que envolvía su anatomía de cartón. Fue tanta la emoción la de conocer su verdadero rostro, como la de anoche al ver como, tras finalizar mi trabajo, Silvestre, con lágrimas en los ojos y una sonrisa en su cara, aplaudía y exclamaba al verlo: Ay! Mi José!.
Es curioso cómo el destino se encarga de cerrar ciclos que dejó abiertos hace casi un siglo. Capricho de la vida es que mi querida abuela Mercedes fuese la primera niñera de Silvestre, teniendo ella que abandonar, con toda la pena de su corazón, esta casa donde servía por obligaciones de la vida, y hoy, casi 90 años después soy yo quien sirve gustosamente a esta misma familia para dibujar una sonrisa en los labios del mismo niño que ella un día acunó” finaliza su publicación la cual solo tiene comentarios de enhorabuena y felicitaciones.