La Hermandad del Rocío de Utrera inicia su esperado peregrinar hasta la Blanca Paloma

Utrera | Actualidad La Hermandad del Rocío de Utrera ya se ha echado a andar para llegar este viernes a la aldea del Rocío. Todo indica que el camino será caluroso pero seguro que a los rocieros le dan igual las temperaturas que hagan y que tras el parón impuesto por la pandemia, arrancaba el camino más esperado y deseado.

Algo que se ha notado, pues este martes el número de hermanos, fieles y devotos que acompañan a la Hermandad del Rocío de Utrera es mucho más numeroso que el de otros años.

Para los rocieros utreranos el día comienza temprano para la celebración de la misa de romeros, en su sede canónica de la parroquia de San José y oficiada por el párroco de la misma y Director Espiritual de la Hermandad, D. Mariano Escobar y los cantos a la virgen en las voces del coro de la hermandad.

Con los sones del tamboril y la flauta fue entronizado el Simpecado en la carreta, comenzando ahí un nuevo y esperado camino para los rocieros de Utrera, que en la salida han estado acompañados por el Director Espiritual y párroco de San José, D. Mariano Escobar, y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Utrera, Francisco Javier Aguilar.

Un año más el recorrido ha seguido por la calle Sevilla para dirigirse hasta el Ayuntamiento donde eran recibidos por el alcalde de la ciudad, José Mª Villalobos, y algunos miembros de la Corporación Municipal.

Como es habitual en este punto del comienzo del camino, Villalobos entrega una bandera de Utrera para que los acompañe en su peregrinar y un ramo de flores en nombre de la ciudad. En ese lugar, también, la primera petalada para el Simpecado.

La siguiente parada a las puertas de la capilla de San Francisco, donde se unen miembros de la Hermandad de la VeraCruz y del Rocío para rezar la salve a la Virgen de los Dolores, en el interior de la capilla, y cantársela después a la Virgen de del Rocío. La hermandad de la VeraCruz ha hecho, también, una ofrenda floral al Simpecado rociero.

Por las plazas del Altozano (con parada en la confitería de Diego Vázquez para recoger los mostachones) y Constitución, Fuente Vieja, La Corredera y Plaza de la Trianilla continua el discurrir de la Hermandad de despidida de la ciudad.

La última visita se hace en la capilla de Fátima donde de nuevo se vuelve a escuchar la salve y una nueva ofrenda floral.

Es en ese punto cuando los romeros empiezan a ir buscando los caminos que les llevarán El Rocío, donde llegarán este viernes.